sábado, 9 de febrero de 2008

Estación terminal

Josefina sentía miedo e interés al mismo tiempo por saber que había luego de la estación terminal, en esa que el chofer decía: “estación Tobalaba, se les recuerda a todos los pasajeros que deben descender del tren”. Un día su curiosidad ganó y se escabullo debajo de unos asientos esperando que el tren comenzara a andar. En un comienzo, cuando ya había avanzado un poco, vio luces de colores cautivantes, que cegaban un poco la vista. De repente, y para su fascinación, extrañas, pero maravillosas criaturas comenzaron a salir, que con sus colas barrían el metro, con sus manos lo limpiaban, y trabajan sin parar para mantener los vagones impecables. Como un sueño, que termino, cuando abruptamente la descubrieron y le hicieron jurar guardar el secreto de lo que había visto esa tarde.